Lagarto ocelado (Timon lepidus)

Le vi cuando caminaba por el monte. Se asustó y se escondió en un hueco. Me aparté durante un rato y con más sigilo regresé y ya estaba de nuevo sobre su roca aprovechando los últimos rayos de sol del día. Después de reptar por una peña pude tenerla a tiro. Un disparo para la parte de la cabeza y otro para la cola.

Justo en este momento se percató de mi presencia. Rápidamente se metió de nuevo en su grieta. Ya no salió más.

Las dos tomas las unió Photomerge.

Este es un ejemplar joven, de unos 35 o 40 cm.

De pequeño les tenía respeto. Los mayores nos decían que cuando muerden no sueltan...

Aquí podéis verlo más grande.

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